hiperkinesia

Ahora puedo recordar por qué no tomaba mate.
El mate me excita. Afecta mi sistema nervioso y me pone hiperkinético, me hace decir y escribir estupideces.
.
No puedo evitar decir lo primero que se me viene a la cabeza, y no puedo parar de hacer cosas.
La dama astuta, sabrá endrogarme con un mate con naranja, o un yerbeado casual.
Luego dará su zarpazo y yo, como buenhombre inocente, caeré ante su mate y su perspicacia audaz, para nunca más escapar de sus brazos mientras siga endrogándome con mate o tereré, o hasta que un día, al golpearla con el revés de la mano en la cara (al unísono de un "Ramera!") luego de una noche de tragos con amigos, suelte su mate y se derrame por el suelo, un mate chorreado, para un cebador que ha perdido los estribos por el mismísimo mate, que en este momento podría estar provocándome daños neuronales irreparables, aunque esa no es una de las gracias del mate, y bien si de la caña o el aguardiente, tan entrado al pie de los cerros en Temuco o en partidas de póker en el altiplano santacruceño, donde la gente se hace de ganas aún en la tarde entrada la noche, para reponerse del trabajo y reventar de un puntazo al primer guapo que se le atreva, como se hacía antes, no como ahora que abundan los maricones que le escupen escondidos a uno, y uno, que no sabe quién es, se resiente contra el primero que se le ocurre, que generalmente es el mismo pelerete que anda tirando cascotazos desde los matorrales, y uno, que en algún modo es sabio, a veces sabe identificar la gilada tanto como a la indiada, tanto la ajena como la propia, vio? y sabe que siempre hubo y habrá mucho boludo suelto, sobre todo en este país, semillero del mundo.

Sobre...