Capa de soledad

Son las 3:51. ¿Alguien sabe lo que significa para mí esta hora, en este momento? Pues muchas cosas. Siento que mi organismo está un poco defectuoso, aunque ya superé el tiempo donde la garantía cubre todo. Y no quise renovarla con una dieta de ejercicios, buena alimentación, menos pensamientos rondando la cabeza, y menos emociones fuertes, esas que te hacen salir el pecho por la boca, esas que te hacen quedar vacío de aire, e incapaz de llenarte de nuevo.

¿Qué hago acá de nuevo? Supongo que no mucho. Ahogar un par de palabras dentro de este mar. Gritar fuerte, o susurrar despacio, desde este islote, a ver quién lee esto, a ver a quién le pasa algo parecido. Ahí vamos:

Mi capa de soledad duerme la mayor parte del tiempo, aunque siempre intranquila. Mi capa de soledad se oculta debajo de mi piel, pero en mis ojos dicen que se ve más claro. Mi capa de soledad, esté con quien esté, haga lo que haga, me acompaña.
A veces, como ayer, como muchas otras veces, mi capa de soledad despierta y se agita en mi interior. En momentos como esos creo que puedo morirme. En momentos como esos me aseguro que cualquier día es el día para morir.

El pecho se cierra, respirar es imposible, la cabeza comienza a dolerme, la desesperación hace que respire mal o que no respire. Todo el cuerpo se inunda de cosquilleos, como adormecimiento. La zona del pecho, del corazón, recibe puntadas anónimas, y en ese instante me imagino fuera de acá, como si mi capa de soledad me hubiera invadido o dominado.

Siento que mi capa de soledad me envuelve y me ahoga, y ya es como estar dentro de una ola furiosa, sin posiblidad de salir. Ayer, mañana, dentro de un año, dentro de 358 años, ahora, puedo morir. Esa es la única certeza que esos ataques me dejan.

Sobre...