El tiempo en jirones desde la ventana de hotmail

O de cómo envejecemos sentados frente a un monitor.


Estuve observando viejos mails, esos que quedan guardados en hotmail por tener 250 megas de espacio, ocupados en un 70 %. Pasados, presentes, las cosas que escribieron los demás. Recuerdos que cuelgan de hilos translúcidos.
Los monitores son todos iguales, lo que hace más fácil el recuerdo. Leer un mail en Suecia o leerlo a orillas del Tigris supongo que será lo mismo. Al menos si nos concentramos un poco en la pantalla, o si nos desconcentramos en el entorno.

Igual, no importa. Los mails juegan por mi monitor, de la mano del presente, del recuerdo, del pasado. Manos que tipearon palabras, que aparecen en la pantalla de a una letra, con un parpadeo, con un misticismo increíble, manos que, después de todo este tiempo, están más cerca de nosotros. Manos que tuvimos la oportunidad de conocer. Manos desconocidas. Manos conocidas que se alejaron de nuestras vidas y de sus teclados. Manos que se esconden detrás de las palabras. Manos que dirijen la orquesta de mails que desfilan sonámbulamente por nuestra pantalla.

Mails que viajan a la velocidad de la luz, aunque a veces no lo hacen, y descienden hasta nuestro sobre virtual como animales bajando de una colina. Alguien o algo es el Pastor de esos animales.

A veces pienso que detrás de todo esto se está creando un universo virtual que creará, al revés, a un Dios virtual. Si toda la información que circula toto el tiempo por acá, si todo lo que se escribe y se recuerda queda por acá, me gustaría imaginar que de todo eso surgirá algo, un pastor de mails e información, pero sobre todo de sensaciones,de estados de ánimos, de recuerdos. Alguien que nos mire del otro lado del monitor, a todos la la vez. Alguien que se alimente de nuestras expresiones y de la energía que desatan millones de manos golpeando ciegamente millones de teclados, como millones de pequeños masajes o cosquillas sobre las terminales nerviosas de un ser gigantesco. Alguien que aspire y fume nuestros sueños y perfumes y deseos.

El tiempo, la vida, pasando en jirones desde la ventana de hotmail. Aquellos que ya no pasan y que a veces creemos ver en la cima de la loma, esos que bajarían hasta acá, pero no quieren, o no pueden.

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