En busca del Gremio de Panaderos

Voy a ponerme firme en la búsqueda del Gremio de Panaderos para denunciar las irregularidades del mercado. El pan ya no es lo mismo que era antes. Las facturas están muy lejos. Una tortita raspada no es más una tortita raspada. Se observa en todos estos casos, pero sobre todo en el último, una gran cantidad ya de por sí excesiva de grasa mezclada con conservantes que dotan a la masa de un extraño y deprimente sabor amargo.

Demás está decir que dichos conservantes y excesos de grasa no son buenos para el cuerpo, y si bien las tortitas nunca fueron buenas para el cuerpo, pues bueno, al menos antes no era como hoy, donde, en palabras de mi amigo Pepo, tan delirantes como atinadas, tomarse un café con leche con pan del VEA es como mandarse una bomba nuclear.

El colegio de Panaderos mira indiferente hacia otro lado mientras busca la perfección química de la crema pastelera. Estoy por preguntarle a Dan Brown si para él existe una conspiración entre panaderos, miembros del Opus dei, almaceneros y uno que otro rosacruz.

Adivino sin mucho entusiasmo su respuesta: sí.

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