cantar hasta

quiero estar ahi, el viernes, cantando muy despacito para que se me
note la aspereza del cigarrillo en la garganta y la pequeñez en el
trazo que dibujan mis manos cuando canto, cantándote desde lejos al
oído, cada vez más despacio, hasta que se agote el murmullo, hasta
que el de la última fila tema hablar por ser imprudente, hasta que
todos escuchen mi respiración, hasta que se me quiebre la voz y tenga
que cerrar los ojos para no pasar vergüenza, hasta que termine esa
canción y me sienta tan insignificante, como antes.


Sobre...