Brief de persona standard

Interpretaba correctamente esas señales que parecían ocultas a todas las demás almas. Reconocía rastros de verdad entre las costras de mentiras y absurdas promesas de cambios.
Descubría sin demasiado esfuerzo las mañas que gobernaban el sistema opaco en el que se encontraba sumergido, casi ahogado.
Recorría las costas en los inviernos vacíos de personas y llenos de arena y olas para él solo.
Descendía de la nube oscura de la ciudad hacia mares colmados de sueños de libertad
Regalaba sonrisas y miradas perdidas sin esperar a cambio recompensa alguna.
Optaba por no dividir el día en horas. Extendía el tiempo hacia delante y atrás, y la vida era un segmento de puntos infinitos para anclar y recorrer libremente.
Prefería las lluvias densas y fuertes y caminaba descalzo y hundía sus pies en el barro. Sentía la tierra girar bajo sus pies. Se aferraba al pasto y estiraba su cabeza hacia atrás. Navegaba por el universo.
Se desprendía del hilo conductor, rodeaba senderos acostumbrados, olvidaba con la misma facilidad que recordaba.
Se reconocía como una de las tantas espigas flotando suavemente al viento, y sin engaños, se veía a sí mismo madurar, y sin temor, a veces se sentaba a escuchar el sonido semi-distante de la guadaña.
Atravesaba el espejo. Lo real era lo que circundado por lo irreal. Los sueños lo acompañaban un par de horas luego de despertar, prendidos de sus talones y de sus ojos.
Los amaneceres florecían en su interior, y abría los ojos todo lo que podía para mirar directo al sol. A veces corría. A veces reía solo. Muchas veces en su mente se desataba una lluvia de lagrimas.
Se dejaba llevar por la brisa de la mañana. Entonces caminaba dando pasos largos, casi flotando.
A veces flotaba.
A veces se sentía atravesado por un rayo de luz. Y brillaba. Por las noches apagaba su alma incandescente con un suave suspiro, y lanzaba a la atmósfera el perfume de su vela interior.
Siempre, eso es seguro, se sentía vivo.

Sobre...