Toco

Dentro de una hora y treinta minutos estaré arriba de un escenario con la
mirada perdida en la bruma lumínica y el rumor de unos cuantos espectadores
zumbando en mi pecho.
Primero me doy un baño caliente, después elijo algunas prendas de entre lo
que queda fuera de ese gran cesto de ropa sucia (las mismas prendas de
siempre). Me pondré perfume porque a las chicas le gusta y tal vez les
llegue a gustar más el perfume que mi propia humanidad.
Precalentar la voz hace bien, sobre todo cuando se ha fumado un poco y no se
ha hablado mucho. Mañana de vuelta, el mismo ritual. Es como una mini gira,
dos días seguidos. Nunca lo había hecho. Supongo que no tendré que doparme.
No hay como disfrutar con mis amigos sobre las bambalinas. No hay nada como
eso.


Sobre...