Suena la tónica del re mayor y se me hinchan los ojos, frente a la pared, se me moja la vista. Quiero seguir cantando la canción y se me derrumba la voz de a cascotes que rebotan en la sala una y otra vez. Mi compañero escucha el tenue alboroto y me dice al oído interno "hey... ya pasó". Siento un escalofrío y mi debilidad corporal. Prendo un cigarrillo y mi compañero me dice "hey... ya pasó". El ahora se dobla como una capa de polietileno sobre el ayer, se tocan las puntas, cae la lágrima sobre la caja de la guitarra, disidente del llanto, amiga del frío y mi compañero me toca el pecho y me dice "Adelante!". Y se, compañero, que nada nos podrá detener mientras seamos una sola persona.

Sobre...