Me pregunto dónde está Mirtha. Siempre voy comprobando que su vida se desarrolla tal cual la pensé, suceso tras suceso. Desde el día que se cortó la luz comencé a presentir todo lo que sucedería.
Desde entonces, cada tanto, me pregunto dónde está, en qué parte de su historia premeditada está y cuánto le falta para el final. Yo ya sabía de casi todo, por lo menos en términos generales. Que se iba y se volvía, que las palabras esas eran plumas, que de alguna extraña manera todo terminaría mal.
Y gracias a Dios siempre supe que Mirtha nunca estaría aquí y ahora.

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