Traté de ayudarme con una pala y un saco de harina, levantarme una vez más pensando en el código de la Torah.

El último segundo de nuestras vidas nos miraremos a los ojos y eso puede estar muy cerca, lo supe apenas me desperté hoy. He plagiado sus sueños y no hago más que escribirlos en papel Craft, mientras ella sueña que es una superestrella de talk show yo me río de janeiro. Sigo plagiando sus sueños. La veo en un maizal saltando y probando sus amadas pelucas negras, pero el maizal crece y ya no puede verme, está perdida.

Tiendo una mano abierta y sudorosa, la punta de los dedos se proyecta horizontal hasta sus párpados, y ese toque pudo sentirlo en su sueño, porque el sueño ha sido plagiado.

Despierto cantando por la calle, la gente mira, "Que le pasa?", no vieron un hombre feliz en sus vidas, desdichados. Si la encuentro morirá en el instante bajo un manto de perdición, el pasado se volatiliza y se sube a la cabeza. Cristina se sigue mintiendo y sabe que la verdad está a la vuelta de su esquina, sabe que pudo ser una luz en el bosque y que su vida falleció antes de nacer. Matute ya no es Matute porque ella olvidó su nombre, porque así podrá seguir viviendo sin pensar en su media muerte, porque a ella solo le queda media vida.
La otra mitad? En una cloaca, en Buenos Aires y Salta.

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