Efímero

Llegué a su casa de casualidad. Iba por otras razones y no pensé en encontrarla.
Hacía mucho tiempo que no la veía con botas y perfumada, siempre me la había hecho de situaciones mundanas, con lasmanos pintadas y los ojos perdidos. No había podido olvidarme de su frenesí, de su inercia sexual aterradora, que se alternaba esporádica y sorpresivamente con gestos de inocencia quinceañera.
Últimamente lidiaba con los recuerdos estroboscópicos de alguna noche sacada del contexto de mi vida, de alguna noche sacada.
Me pregunté entonces, frente a ella y su andrógeno pretendiente cuál había sido el alcance de aquella noche, en la que en un acto de confusión mental me había anulado los sentimientos más puros y había despertado la obsesión por otra persona.
No fue un error, pero ahora me pregunto qué está buscando entre los muertos.
Últimamente me inventaba excusas para verla sola, pero las excusas siempre me parecieron explícitas. Mi cara de mentira subcutánea se refleja en las pupilas ajenas. Miro al piso y cuando levanto la vista todos saben la verdad. Demasiado transparente para mi gusto.
Qué pasaría si me dijera que no le importa nada.
Tal vez pasaría lo mismo, con mayor candor y competencia. Efímero, dos vampiros en la noche haciendo un recreo en sus caminos, dos almas tangentes y nada más.
Ahora lo quiero.

Sobre...