Idioteque

El boliche es social e inmensamente individualista a la vez. Un lugar lleno de gente, donde todo el mundo está solo, donde nadie profundizando nada con nadie, pero todos están coreografiando. Es una muestra de laboratorio de la calle misma.
 
El boliche es histérico. Si fuera por ir a divertirse con amigos, se podría armar en tu casa. Corremos los sillones del living, nos tomamos unos tragos y se arma. Pero la idea es arreglarse mucho, llamar la atención de alguien sin resaltar. Es así, por más que la flaca diga "yo voy a bailar con mis amigas". No te mientas, por algo vas a ese boliche y no a otro. Si fuera por tus amigas, lo hacés en tu casa o en cualquier otro boliche. Hay que tomar y embriagarse porque sino es impasable. 3000 personas en un lugar habilitado para 1000 (quejarse o denunciarlos es inaudito), te pasan por encima, te empujan, te pisan, te vomitan, te apuran, te rebotan, te aturden, te cansan. ¿Por qué pagar para eso? La única razón: porque pensás que, tal vez, te vas a levantar a alguien, o va a pasar algo loco. Las mujeres se muestran como en una vidriera, los tipos las miran, se mofan de ellas, las degradan, las insultan, pero igual ellas siguen yendo y les parece atractivo, aunque van a sacar cagando a todo el que se acerque. Es por eso que no me gustaría que mi novia vaya, aunque la dejaría que haga lo que quiera (pero resta puntos como loco). No se puede hablar, no es saludable a los oídos y la voz. De todas maneras, tampoco se puede hablar de algo interesante, ni conocer a nadie, ni tampoco verlo cómo es por afuera. Rara vez pasan buena música (ese sería el único aspecto que me motivaría a ir, después de la posibilidad de levantarme a alguien). Sale caro, queda lejos, hay que bancársela hasta las 6 am. Punto aparte si vas con tu pareja. Y la cola para entrar es deplorable. Y entrar a las 3 am me parece estúpido. Es la mística histérica. Es ficción. Es un no momento y no lugar que no existe. 
 
El juego es, en algunos aspectos, perverso. Ilegalidades, narcotráfico, habilitaciones municipales, aditivos para bebidas, bebidas rebajadas, alcohol de baja calidad, pastillas, riesgos en emergencias, coimas, superpoblación, maltrato.
 
Es por eso que el otro día le decía a alguien que ir a bailar, para mí, requiere un esfuerzo. Me cuesta más que ponerme a trabajar.
Es mi análisis, lo que no puedo dejar de analizar cada vez que voy. La noche en un boliche tiene tantos momentos malos como buenos (o más) y eso se equilibra para dar como resultado una noche más, que a veces puede quedar para el recuerdo por lo patético o por lo extravagante de las estupideces que hiciste esa noche.
 
Por qué escribo esto? Porque recordé que es probable que esta noche termine en un boliche.

Sobre...