Indiana Jones y el templo de la purdición

Sentir la muerte pasando detrás nuestro, dejar de respirar y callarnos, no decir nada, no sea cosa. Mejor el silencio, el sonido de las cosas que queremos, mejor la vida de sol a luna y vamos de vuelta, manta encima, caso cerrado, vuelta de tuerca, pasos suaves, pastos altos, mirada perdida, nubes diplomáticas uniéndose de un lado a otro, y esa eterna eternidad que nos aplasta, sólo con su dedo meñique, un poco de cosquillas después de todo, y nada más, para qué más, para qué, si ya estamos listos, si ya somos los que somos y estamos los que estamos, la mesa servida, y vamos andando, muchachos, que no hay nada para ver. La escena del crimen, la muerte pasando detrás nuestro, cosas que hoy no son, por suerte, amor, por suerte. Descansemos en nuestros pechos inflamados y dejemos que cada rayo de sol nos pase por encima y la noche nos llene de caricias eternas.

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