Reflejo en tus ojos

Las manos observadas de cerca, cada pequeña línea, huellas digitales como laberintos donde me pierdo durante horas. Mis ojos en tus ojos, cómo decirlo sin decirlo de la misma forma, con las mismas palabras. El tiempo en nuestros ojos, todo el mundo hecho de reflejos, el sol naciendo en tu ojo derecho y muriendo en tu ojo izquierdo.

Los lentes fulguran, tus ojos son fuegos verdes, pardos, miel. Rayos, chorros de luz esparciéndose por mi mundo, coloreando todo.

Raro es, sin duda, sonreír como si tuviera tres o cuatro meses, con una sonrisa limpia, inocente, esas que no tapan nada, tal vez un poquito de vergüenza, ese lenguaje de bebés o niños, lenguaje espontáneo, sin meditar, sin ensayar en el espejo.

Mis manos tiemblan en la oscuridad de la parada del 40. Los oídos estallan con "Faithful", y mi sonrisa desaparece, o se va en tus lentes, que atrapan todo tal vez, toda la luz, como una llave que enciende el mundo y lo apaga.

En tus ojos, todo el mundo, afuera, ese día nublado, medio fresco, medio raro, los primeros corredores del otoño vienen por la esquina, acelerados, y pasan, antes del gran grupo que vendrá después, hojas amarillas crujiendo en la ciudad, pero todo, absolutamente todo, visto desde tus ojos.

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