Las luces enfrente me queman el cuerpo pero yo sigo con el corazón en la mano.
Tanta gente vino a vernos, tanta gente cantando conmigo que cierro los ojos para no intentar creerlo. Tanta gente aplaudiendo que siento que los conozco de toda la vida y ni siquiera he visto sus caras. No puedo mirarlos a los ojos.
Nunca sonreí tanto. No se cómo se agradece el gesto, ni cómo se agradece a un "Gracias!". Somos gente afortunada. Ya tenemos como mil amigos.
 
Eso es una forma misteriosa de amor.

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