Podría darme vuelta y decir un par de sandeces, de las que se deben decir.
Podría abrirle la puerta para que pases y ganarme una sonrisa.
Podría decirle al mozo que le lleve un Bailey´s a mi cuenta.
Podría decirle que me llamo Ricardo y soy petrolero.
Podría invitarla a tomar un café o a un recital.
Podría contarle alguna anécdota interesante.
Podría sentarme en su mesa.
Podría avalanzarme sobre ella.
Podría, podría, podría, podría.
Todas las opciones me parecen estúpidas.
Se fue.

Sobre...