Caer al mar envuelto en llamas, y apagarse con un suave tssssssssss ahogado entre las olas.
Caer libremente prendido fuego, un sólo chorro de calor y lenguas rojas y amarillas vertical, desde el cielo, y hundirse sin hacer ruido, sin despertar al hipnótico oleaje.

Sumergirse lentamente en las profundidades, lleno de lastimaduras, lleno de ampollas donde la sal penetra y se aloja, lleno de costras rojas donde las burbujas estacionan. Caer o flotar hacia abajo, de a poco, los pies colgando de alguna soga de la superficie, los brazos resistiendo la corriente de agua, los pelos como algas meciéndose de a poco, a punto de dormirse. Los ojos abiertos. Las manos abiertas. La boca abierta.

Sumergirme lentamente en tu calma, apagar mis llamas con tus labios y dejarme caer a la profundidad de tus ojos. Flotar en tus sábanas, a la deriva, mientras la tela blanca hace olas con cada suspiro tuyo, y yo que sigo cayendo más y más, y tu cuerpo que me traga una y otra vez y no me deja salir, y no me dejo salir, mientras mi fuego se extingue y mis ojos agotados comienzan a cerrarse.

Sobre...