No va más

Mientras escribo esto, son las 8:53 de un día martes, esos que son laborales, esos que en general, a nosotros nos preocupan, esos que nos llenan de ocupaciones. Hoy es día martes y amanezco roto en una casa que no conozco, sin haber dormido nada, con los ojos casi casi tan rojos como destruídos, con la cabeza partida en dos, con el estómago dislocado, con el pelo hecho una maraña, con todo el olor a alcohol del planeta, algo que será muy difícil de sacar en las próximas horas.

No va más. ¿Qué hago ahora? El instante preciso en el que tengo que irme, levantarme, y cruzarme cara a cara con el sol veraniego y pesado de las 9 am, y tal vez con las responsabilidades, o tal vez las 10 o las 12, porque al paso que vamos terminamos en la misma más tarde, en una eterna pseudo gira donde todo lo que importa es girar y girar y girar. Me voy ya, me desconecto, cerebralmente, tal vez físicamente.

Voy a pedir vacaciones en el trabajo. A lo mejor un aumento.

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