la velocidad de las cosas

Acá me encuentro, frente a la oscuridad del mar. Acá estoy, como nunca, tal vez,casi casi como siempre. Acá estoy despierto, despegado, pero a la vez adherido, sin escape, sin salida, sin la más mínima posibilidad de nada en absoluto. las decisiones son, en el mejor de los casos, baldosas flojas que nos hacen seguir caminando o caer al abismo, pero nada más. Nada, nada, nos asegura nada. Las decisiones que ayer fueron correctas hoy pueden dejar de serlo, con el chasquido de los dedos, con el aire de un colectivo que nos pasa muy muy cerca. Las calles, si alguna vez hubo realmente calles y no tiras de cemento sobre la tierra, sobre la vida, las calles son esas manchas del paisaje, esos contenedores de basura mecánica, esos devoradores de tiempo. Casi igual son los caminos, y casi igual son las decisiones. Lo importante, lo que sobresale, es que las decisiones nos llevan a otras decisiones, y así eternamente. Una antorcha, una posta, para correr hasta la siguiente, y no parar más. De eso se trata, de la onda verde, de la velocidad de las cosas, de la variedad, del dejar de lado versus el tomar y seguir. Los ritmos varían, cada camino tiene sus notas. Cada camino afina distinto su instrumento de guía, y nos mueven, casi marketineramente a horizontes inescrutables, cruzados, y en definitiva, insondables. Morimos, y moriremos seleccionando los caminos que casi casi nos enseñaron a seleccionar.
Casi podría afirmar que por default uno sale de su familia con una tendencia a elegir ciertos patrones. Quien no lo hace no puede más que declararse en rebelde. Los caminos que se abren en : A) B) C) D) E) F), a veces son tomados según líneas antiguas y se respetan, casi a rajatablas.

En una familia que se toma un camino A), en la próxima bifurcación, en el próximo cruce, es probable que ante las mismas o similares A) B) C) D) E) F) posibilidades,se elija la A). De forma que el árbol familiar de decisiones quede constituído crudamente por A) A) A) A) A) A) y tal vez un B).

Aclaro, antes de caer en ridiculeces, que en realidad cuando hablo de decisiones no me refiero a todas en general, y casi casi a ninguna en particular. Pero lo que decimos comunmente como "llevado en la sangre" no es otra cosa que lo que aprendemos y fijamos en la mente, y tomamos como funcional,lo que en mucho de los casos lo transforma en verídico. Lo que funciona, funciona.

Muchas veces (casi la mayoría) no se tiene en cuenta el contexto en el que estas decisiones funcionan. Error, ya que sólo el contexto es capaz de hacer "acertada" una elección. Nosotros somos quienes nos deprimiremos o quienes, en todo caso, creeremos en nuestro buen criterio, de acuerdo a los resultados obtenidos.
Peón más, peón menos. Allá vamos.

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