maldita party bolchevique en la montaña
Es la última vez que voy a una de esas fiestas clandestinas alejadas de la urbe, en fincas o ranchos de pedemonte, cuarenta pseudo-neo-locos-liberales saltando frente a un fogón con su campera de nylon tratando de entender por qué hay veinticinco hombres por cada mujer, un dj flasheando con el punchi punchi frente a un grupo humano que le es indiferente, un par saltando en el medio, como queriendo hacer amigos, otro que te ofrece una tuca salivada, el dueño del auto que te llevó que se quiere quedar a vivir ahí. Uno de esos lugares donde no se qué hacer. Siempre hay uno que se pone demasiado en pedo, fuma una gilada y queda roto.
Malas noticias: trabajamos toda la semana para eso. Estamos realmente perdidos.
(Nota: igual hacía mucho que no me reía tanto. Picos de 30 puntos de risa sin ingerir alcohol ni alucinógenos. Puede uno divertirse casi sanamente)
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- 4:12 p.m.
- by Telex
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