Bitacoras Celulares

Ayer tuve otro encuentro de tercer tipo con mi celular. Terminé de cargar sus baterías, encendí la fosforescencia azul. Desde el baño habilité mi crédito. 50 pesos para hablar. Hasta fin de mes. Creo. Quise desde el baño llamar a mi casa. Una voz cibernética me dijo que no estaba habilitado para recibir llamadas. Bienvenido a los secretos y oscuros designios de la telefonía móvil.

Después de hablar con una "forastera" desde mi teléfono arreglaron el servicio. Entonces tuve la idea ridícula (pero mejor ir practicando) de salir a caminar mientras hablaba por teléfono. Una palabra por paso. A la primer persona que llamé su teléfono me dio ocupado. Seguí caminando, y realicé una nueva llamada. Justo en el momento en que estaba hablando, y es raro porque no visualizaba el camino por el que transitaba, todo era el celular y la persona del otro lado, sentí un grito de las afueras del celular. Miré en todos lados, y divisé frente a mí una anciana sin cartera, y un señor ladrón con una cartera de anciana subiendo a una moto de otro señor ladrón. Traté de perseguirlos, pero las motos suelen ser más veloces que mis pies cansados. Gracias celular, una vez más.

"One celular to rule them all"

Mis manos están adoptando la forma del celular. En estos momentos me mira, distraído, y descifra el sonido de las teclas, debo cortar.

Más detalles adelante.

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