Entonces armé los mapas, las estrategias, los recursos, la fluctuación económica.
Y empecé en secreto a buscar ese sueño que parecía utópico pero no lo era. Toda mi energía para vos. Toda mi vida para vos. Hice las cuentas, armé mi ranchito, todo empezó a salir bien. Los planes, los tildes en la lista, el tiempo, todo en tiempo y forma. Pensé en el casamiento, en las flores y vos vestida de blanco. Te vi sentada en la puerta de casa esperándome porque habías perdido las llaves, te vi entrar y lavar dos vasos usados y pedirme que te alcance los ceniceros y yo al lado, abrazándote.
Junté todas las piezas del rompecabezas y se estaba armando. Pero de pronto noté que no entendías, que no te lo podía explicar, que explicartelo era darte un revólver, que todo estaba acá adentro.
Entonces me fui lejos a terminar con lo mío, por la prueba de fuego.
Y el fuego te quemó.
Y vinieron los buitres, los ignorantes, los mediocres, los débiles a hundirte en lo mismo de siempre, a comerse mi comida, mis mapas, mis plantes. Todo destrozado, todo en vano, todo a cero, como cuando era chico y hacía casas con naipes en la casa de mi abuelo. Quería hacer la casa más grande del mundo y eso era posible, pero nunca podía. Una y otra vez.
Te di el corazón y no lo viste, luego no te vi mas y no puedo encontrar otro corazón.
Sobre...
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- by Telex
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