Nos hemos alejado demasiado, no sabemos lo que somos y si seguimos por este camino nunca lo sabremos.
No quiero lo que esta sociedad me impone, porque impone deshumanización. Impone una carrera alienante e interminable detrás del dinero, donde los cosas como los lazos afectivos se suprimen por innecesarios. Lo que esta sociedad de consumo nos ofrece no es mas que nacer para ganar dinero o morir de un infarto o vivir estresados o volvernos locos. El modo de vida del voraz sistema capitalista nos ha ido digiriendo tan paulatinamente que ya vemos normal vivir para ganar dinero hasta morir, ¿a esto se reduce nuestra única oportunidad de caminar sobre este mundo y millones de años de evolución?
El ambiente que hemos creado es autodestructivo y autorepresor, no nos deja oportunidad de ser hombres y de desarrollar plenamente nuestras potencialidades porque hasta las intenciones más nobles y humanas se ven impedidas por el condicionamiento del capital.
Nos olvidamos de los valores, de tomarnos un tiempo para respirar y disfrutar lo que nos rodea. El planeta se está convirtiendo en una gran oficina, una gran máquina donde solo somos engranajes, para lo cual no necesitamos de nuestro juicio, de nuestra inteligencia, ni de nuestras emociones, no necesitamos ser seres humanos.

Esto no va mas, el mundo está en decadencia, es tiempo de comenzar a cambiar, de una revolución.

Yo no quiero esto, no nací para esto, porque de lo único que estoy seguro es de que me voy morir y el tiempo comienza a pasarse progresivamente más rápido, para mí y para todo el mundo y no quiero perderlo persiguiendo un pedazo de papel. Yo le digo no. Solo quiero vivir, aprender, enseñar, crear, procrear, contribuir al mundo con lo mejor que puedo hacer para que otras personas también puedan vivir, quiero mirar, escuchar, sentir, amar, respirar hondo, y ser feliz. Quiero ser humano. Y quiero pelear por esto, por mí y por y con los míos, los que están y los que vendrán ¿Quién está conmigo?



Sobre...