A y B 
          Mi cuerpo se bifurcó, en dos caminos, se  duplicó en dos seres que siguieron su vida independiente.
 a. Llegué hasta la puerta  de la galería, pero no quería ir a trabajar. Sin decidir nada seguí con mis  pasos hasta el teléfono público de la esquina y la llamé. Le dije que nos  encontráramos en veinte minutos, que solo tenía un rato, que quería verla, que  la extrañaba. Caminé tres cuadras y la esperé que bajara del colectivo en la  plaza. 
 b. Entré en la galería,  tratando de recordar el ascensor de la nueva oficina. Vi que la decoración  interior del edificio no era tan Decó como esperaba, era más bien de poca monta,  como el edificio Gómez, lejos de construcciones como el Palacio Minetti de la  peatonal de Rosario o el Palacio Fuentes, con su otrora magnífico pararrayos,  que solía ver con mi abuelo desde la ventana de su habitación, en un piso 14 del  centro. 
a. De alguna extraña  manera el infiel siempre trata de ser reconocido, es el tinte aventurezco, por  eso elegimos lugares públicos. Bajó del 33 y nos abrazamos, me contó algunas  cosas, nos internamos en la plaza y sus hipezas, me sentía raro, porque la otra  no sabía nada de esto, y claro, cómo iba a decirle tal cosa, no lo entendería.  
 b. "Allá está la estatua  de la Bolsa de Comercio y entre aquellos dos edificios se ve, pequeña, la  chimenea de la usina". El ascensor me recordaba más a una publicidad ochentosa  con Patricia Sarán que a los diseños de principio de siglo, en una escena kitsch  rematada por "El Aparato" en mi reproductor de cd portátil. 
a. Yo no soy así, pero  ahora si, ahora parece que aprendí a mentir, ahora cambié y quiero jugar con un  fuego que no me quema. Pasamos media hora juntos y la despaché, porque tenía que  volver al trabajo, pero podríamos juntarnos mañana, a la misma hora, en el mismo  lugar público. La acompañé hasta la parada, esperábamos abrazados, hizo un  chiste sobre mi remera roja y mi peinado, se subió al 20 Rodeo por Nacional y se  fue. 
 b. Me encontré a Víctor  al doblar el pasillo. Me dijo alguna cosa, bajamos a comprar un sandwich,  volvimos, y no recuerdo qué hice las 4 horas siguientes metido en esa oficina.  Sólo recuerdo que volvía a casa, esta vez cantando "Ingrata" y todo era  exactamente igual que siempre.
a. Entonces fui a  comprarme un helado con esa sensación de tipo ganador que tanto me  agrada.
 ¿Puede un electrón estar en  dos lugares a la vez?
 El científico Fritz Haber del  ?Institute of the Max Planck Society? en unión con los investigadores del  ?California Institute of Technology? ha presentado evidencias que prueban por  primera vez que los electrones tienen características tanto de ondas  como de partículas . Al mismo tiempo han demostrado que pueden ser  controladas para comportarse de una u otra forma. Estos resultados sonun gran  avance en el desarrollo y el control de ?moléculas artificiales?; las que son el  componente básico de las ?Quantum  Computers?
 Antes de explicar el experimento desarrollado por estos científicos veamos un poco de historia; hace 100 años los fotones eran considerados partículas hasta que Albert Einstein sugirió que estos se comportaban además como ondas electromagnéticas. Einstein llego a esta conclusión a partir de las hipótesis desarrolladas por Max Planck...
¿Podemos estar con dos  personas a la vez?
  Aunque el sentido común nos diga que  no es posible, la psicología lo considere técnicamente imposible y la  moral y las buenas costumbres lo sancionen, el fenómeno de bifurcación  amorosa sigue haciendo de las suyas. Parecería que dadas ciertas condiciones  (aún no determinadas por la ciencia oficial y rigurosa), nuestro cerebro puede  manejar dos canales simultáneos de intercambio pasional/afectivo y multiplicar  por dos la energía amorosa.
 Sobre...
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 - 12:38 a.m.
 - by Telex
 


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