Es exraño. Imposible desligarme, el sol es una hoja brillante de papel cortando el ojo en dos, y no puedo cerrarlo, no puedo dejar de ver. Sólo veo formas perfectas, texturas, movimientos suaves, movimientos bruscos, no puedo desprenderme, no puedo desatarme, no quiero hacerlo.

Hay mucho más en el interior de una persona, mucho más de lo que vemos, la punta del iceberg, y yo me estrello contra todo el resto, y mis ojos se desgranan y luego esos granos son gotas de agua y esas gotas de agua un hilo translúcido que se convierte en una cinta que escapa por una callezuela, esa cinta que se mueve como una serpiente en el aire y se eleva y se la lleva el viento en forma de barrilete de cuatro colores, los más fáciles de imaginar, un rombo navegando sin rumbo.

Un fuego gigante cruza mi pecho, la lanza de algún semi dios partiéndome en dos, y dónde estás ahora, dónde estamos, en cajas separadas, de espaldas, cerca, lejos.

Sobre...