Alicia

El domingo pasado fui al cine a ver "Los Coristas", una película francesa muy simpática y emocionante sobre un maestro que sueña con formar un coro coro de niños dentro de un reformatorio. La película me llevó casi hasta el llanto al final, porque me trajo muchísimos recuerdos juntos sobre mi infancia.
 
Uno de esos recuerdos directamente ligado a la historia contada en la película es el de mi maestra de música de la escuela primaria. Una persona excepcional que me tocó conocer en la vida. Ella descubrió mi voz cuando yo tenía apenas 7 años. Entonces me incluyó en el coro del colegio. Siempre tuvo un afecto especial para conmigo. Gracias a ella comencé a cantar en distintos eventos del colegio. Incluso canté solo frente a muchísimas personas en mi primera comunión y confirmación, unos años después.
Ella me transmitió pasión por la música y el canto. Una pasión que dura hasta el día de hoy (y que creo no se extinguirá jamás). Ella me ha dado los instrumentos para poder ser feliz cantando.
 
A raíz de la película, pensé en ubicarla. Hace 12 años que no tenía noticias de ella.
Mi mamá pudo conseguirme su teléfono y esta tarde la llamé.
Cuando le dije quién era no pudo ocultar su inmensa alegría. Me dijo que siempre se acordaba de mí, que tenía en el living de su casa una lata con unos mensajes que yo le había escrito cuando era niño, que yo siempre había sido "su angelito cantor" (como me decía siempre), que el afecto que me tenía era especial y que estaba asombrada por el "color" de mi voz, que muy poco tiene que ver con el de aquellos tiempos.
 
Me emocionó muchísimo hablar con ella, sobre todo cuando me dijo "Me alegraste el día!". Siempre la recuerdo y siempre la recordaré antes de subirme a un escenario. Espero que cuando me escuche cantar no se decepcione. Es una de esas personas maravillosas a las que me refería en un post anterior, de esas personas que no se dejan de querer jamás a pesar de no saber más de ellas, porque su presencia en mi vida ha sido tan fructífera y positiva que no puedo escaparle a sentirme agradecido..
 
Y la verdad es que alegrarle el día a alguien me alegra el día a mí.
 

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