julio04

Las dos de la mañana.

Por primera vez me encuentro despierto mirando lo que no hay que mirar, y sin embargo sigo aqui.

El frio entra en la habitacion y parece que se adhiere a las paredes.

En las paredes no hay nada que frene esta inescrupulosa conducta, ya repetitiva hasta el hartazgo. Y entre todo esto estan mis huesos quebrandose poco a poco, culpa de este viento invernal y de una vejez prematura que no hace mucho llegó a nuestro hogar.

En estos momentos me planteo una vida calefaccionada, con todo lo que eso significa.

 

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