huechulafquen



Recuerdo el susurrar de los pinos en la mañana, el viento que viene de frente, de entre las montañas, el agua intocable.
Recuerdo esa sensación de felicidad, felicidad como la ausencia de angustia. Recuerdo nuestra risa, nuestra olla reventada por el fuego y llena de suciedad, y un arroz para tres saliendo de ahí.
Recuerdo la aventura de pasar 24 horas sin pensar en el futuro ni en el pasado, sin preocuparse por nada.

Recuerdo los ojos rojos y la voz de aquella pequeña dama que nunca me dijo su nombre, pero que habló desde una canasta, y cantó con cautela. Recuerdo que se quedó sola, tomó de nuestro café y regaló alguna sonrisa. Recuerdo que no dijo casi nada. Recuerdo que recordó regalarme una pastilla. Recuerdo que estuve fascinado. Recuerdo que ese día entendí muchas cosas y a la vez me desentendí.

Recuerdo que la naturaleza me daba razones.

Sobre...