al pie de la letra

Enamorado de una periodista, decidió diseñarle una tipografía y regalarle la licencia de uso, puesto que podría firmar sus artículos con gracia y personalidad. En el afán de conquistarla pasó meses frente al lápiz, la caña biselada y el FontLab. Cualquiera que supiera del arduo trabajo que esto significa, se redimiría ante el obsequio, frente al trillado ramo de flores.
 
Emilse Semi Sans: el trazo modulado, casi caligráfico, como su espalda. El remate de la a, como una gota que quiere salir, como las lágrimas de su ausencia o sus noches de tristeza. Gran altura de x, tipografía altanera, avasallante, como sus comentarios sobre el poder de la femeneidad en el Honorable Senado de la Nación. Números con altas y bajas, para escribir las fechas en sus fines de semana inestables, de sábados candentes y domingos lluviosos. Un pequeño serif remata el asta de la r, y en el texto, en su nota periodística, será ese conservadurismo subcutáneo, que aflora durante charlas en la Plaza, sobre Arturo Illia o el Protocolo de Kyoto.
 
Su tipografía será, aún cuando no me ame. Pero perdurará en el tiempo como mi amor. Yaunque ella ya no la use o la vea igual a todas, incluso después de mi muerte, ilustrará algun folleto de barrio, o si Dios quiere, algún clasificado de Miércoles en el diario de la Ciudad.
Tal vez, para que alguno la escoja con valentía ante la Times New Roman (en el menú desplegable del procesador de texto de turno) , motivado por la intriga que le genera su nombre entre los nombres: Arial, Bodoni, Eras, Emilse, Garamond, Verdana.

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