Irene, en su magnífico weblog (del que me he colgado largas horas) dice:

"Hace mucho tiempo soy donante de órganos y una día me pregunté ¿Por qué una persona que no quiere donar sus órganos puede ser receptora de los míos?
¿Es justo que alguien que por un motivo, ya sea religioso o sólo por egoísmo, reciba los beneficios de una generosidad a la que no hace honor?
Creo en la solidaridad, y pienso que no todos damos lo mismo, vivos o muertos. Pero también me gustaría que las personas que piensan que después de la muerte necesitan como ticket estar enteritos para llegar a donde sea, sean coherentes y no le saquen el ticket a los demás, porque eso no es muy solidario de su parte ¿o sí?"

El otro día pensaba acerca de esto. Me preguntaba por qué a guien le jode poner que es donante de órganos en el carnet de conducir.
Cada uno tendrá sus razones.
Ahora adhiero.

El que no da, no recibe... ¿o no?




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