Mi desordenado mapa sobre el conflicto

No logro que nadie me explique con claridad el sistema de retenciones impuesto a las exportaciones.
Según entendí de algunos discursos oficiales, y no vi a nadie desmentir esto, las retenciones son móviles, es decir, que se ajustan a los precios internacionales de la soja, y son extraordinarias, porque se cirunscriben a un marco de elevados precios internacionales. Simultáneamente se redujeron las retenciones a la soja y al maís.

En estos últimos días traté de hacer un seguimiento mental, cerrando los ojos a todos los eventos alternativos que trae aparejada la puja.

Primer reclamo
En una primera instancia el discurso del recalmo se centró en que la política fiscal empleada no contemplaba a los pequeños productores. Días después el gobierno emitió un comunicado donde se implementaban políticas de reintegro según los caudales de exportación

Segundo reclamo
Después de esto se dijo que eso estaba bien, y el reclamo se centró en el destino del dinero. El gobierno emitió un nuevo comunicado explicando con detalles el monto de la recaudación estimada y su destino.

Actual reclamo
Actualmente no escucho a nadie hablar en términos técnicos sobre el tema. Las frases más comunes son desde "No se metan con el campo" hasta "Las carteras de CFK"

Mientras todo este quilombo sigue nadie explica abiertamente y en concreto qué políticas reclama el campo.

Creo que, como lo fue desde la época colonial y exceptuando los eventos deportivos, el país se dividió en dos bandos muy caricaturizados por los medios. Este conflicto parece ser eterno y está latente en cada hecho crucial del último siglo.

Creo que el dilema de fondo es muy simple: País agroexportador o país industrializado. La simplicidad de la pugna se diluye en un complejo entramado de intereses políticos y económicos.

En resumen: a esta altura el conflicto es una lucha por el PODER, en definitiva, y como lo publicó la revista Barcelona, por la tarasca más gorda.

Me da pena ver un conflicto desatado por una política desprolija pero que responde en gran medida a intereses nacionales, considerando como nacional la distribución de la riqueza, reducir la distancia entre ricos y pobres, garantizar el autoabastecimiento.
Yo no vi a esa gente cortar rutas o hacer cacerolazos cuando hace muy poco tiempo se rifaban los recursos del Estado.

Creo que ese grupo de gente mayoritariamente detestable que conforma el Gobierno está manteniendo hace tiempo una paridad cambiaria que juega un papel fundamental en los intereses del agro. Creo que debería tener la coyuntura para poder extender esta política a otros agentes de vaciamiento de recursos. Me hubiera gustado que se haga en otros plazos y formas más democráticas. Pero esto es lo que hay hoy. Esto es mucho más positivo que lo que vimos en los años noventa, donde todos comíamos asado y eramos felices.

El 80% del agro es del 20%, un 20% que no es nacional. El 80% es soja. Llenamos el país de soja y volteamos bosques para poder llenarlo más mientras producimos alimento para 300 millones de personas, y 25 millones de los nuestros tienen hambre. Detrás de esto hay empresas internacionales como Monsanto o Cargill que poco les tiembla la mano para soltar 10 palos y mover a su aparato, con el fin de ganar un pedazo de torta mucho más grande que eso.

Están a la orden del día hechos lamentables: el impresentable de D´Elía, las carteras de Cristina, los aparatos, el tren bala (????), De Vido y sus amigos... toda la basura del gobierno.

Pero del otro lado veo un paro sorpresivo de transportistas en un momento donde la cúpula del agro se queda sin palabras, veo a "el pueblo argentino" hablar de "políticas dictatoriales" (de los Kirchner, o de Chávez) cuando su principal cliente es un país con políticas más que cuestionables dentro de esos cánones. Veo a gente diciendo "que se vayan" sin proponer a alguien para que venga. Veo a gente hablar de la patria mientras hace pelota nuestra tierra. Algunos son más explícitos y sueñan con la vuelta de los militares. Los veo hablar de democracia mientras cortan rutas y dejan sin alimento a todo el país, mientras hablan de diálogo y consenso y especulan con el precio de los alimentos, que seguramente aumentarán en altos porcentajes cuando se levante el paro.

Tampoco entiendo el reclamo de los cacerolazos del día de hoy. ¿Reclaman diálogo? ¿Reclaman el fin de las retenciones? ¿Reclaman por la paz? ¿Reclaman contra el Gobierno? ¿Reclaman contra el agro?

Tenemos los conflictos que nos merecemos. Tenemos los gobiernos que nos merecemos. Porque nunca hacemos NADA para cambiar las cosas. Porque el primer día que vuelvan los alimentos a góndola vamos a hacer asado con los muchachos del barrio. Porque vivimos creyendo que el Estado se tiene que hacer cargo de nuestra pelotudez. Nos quejamos de la inflación y seguimos comprando al precio que nos lo dan, porque simultáneamente tenemos plata para hacerlo y para quejarnos el domingo al mediodía. Los mismos que reelegimos a un gobierno que vendió el país ahora le exigimos a los de turno que arreglen nuestra "pereza mental".

Salgamos a reclamar políticas, no a apoyar bandos. Dejemos de querer ser como los países del primer mundo sin asumir los costos que asumieron. Dejemos de querer ser europeos. Salgamos de nuestra posición de esclavos rehenes de los más poderosos. Dejemos de darle de comer a los gringos y vendepatrias que cortan el bacalao.

Para cambiar, más que hacer, hay que dejar de hacer.




"Pero la política es un poco diferente. Cuando los poderes fácticos (militares, industriales, agrarios o potencias extranjeras) logran torcer el rumbo de un gobierno, en aspectos materiales o simbólicos centrales, el destino de ese gobierno está sellado. No hace falta ir fuera de nuestras fronteras para verificarlo. Podemos pensar en Frondizi y los planteos militares contra su política de apertura hacia el peronismo; o en Alfonsín y las concesiones en su política de juicios a los responsables del terrorismo de Estado. Estamos pensando, claro está, en aquellos presidentes que tomaron en serio la autonomía del Estado y desafiaron al establishment, y no en aquellos que se dispusieron desde el primer día a obedecer su voluntad. Aquello que algunos califican como la obstinación “infantil” de los Kirchner en la defensa de sus decisiones cruciales es, desde este punto de vista, un activo de la democracia argentina. Establecer a fondo la primacía del poder surgido de la soberanía popular sobre los poderes fácticos es un desafío que todavía está pendiente para la democracia argentina. Y es la cuestión principal que se juega en estos días en la Argentina. La cuestión del diálogo con los sectores involucrados en el diferendo es importante, pero solamente subordinada a lo esencial: la defensa de la autoridad del gobierno constitucional."
Edgardo Mocca, Página 12

"La Presidenta debe decidir si va a acompañar al pueblo o se va a quedar atrás" (Elisa Carrió, yo la voté)

¿Cómo se reconoce ahora el enemigo?

Es más difícil porque penetra las naciones disfrazado, a través de campañas de publicidad que tienden a seducir y a engañar. Ahora las corporaciones mineras son benefactoras: contaminan y destrozan el ambiente, se llevan minerales sin pagar nada pero ayudan a la universidad, son sponsors de un deporte, avisan en radios y diarios, reparten útiles en las escuelas. Otra vez Colón con espejitos para los indios. Nos dicen que lo público es malsano, que el Estado es enemigo de la población, que las empresas de servicios deben estar en manos privadas. Incluso, que lo privado es eficiente y honesto, cuando hace rato comprobamos que está lejos de ser así. Vivimos en una mediocracia donde se generan perfiles de quiénes pueden comunicar y quiénes no. Y esto da forma a un sistema de censura descomunal. [...]

¿Cuánto incidió en el desconocimiento de la gente sobre los recursos del país la ideología privatizadora que hizo creer que Argentina ya no tenía nada?

Por supuesto que todo fue un plan malintencionado. Acá se ha hecho creer que no teníamos nada. Y el otro mito que se ha instalado en el imaginario de la gente es que somos pobres: "No nos queda nada, somos pobres, hemos perdido todo y esto es irremediable. El destino que tenemos es el de la pobreza y el sacrificio". Eso se lo debemos a tantas campañas mediáticas. No cabe duda. En realidad, Argentina es uno de los países más ricos del planeta. Lo repito: Argentina es uno de los países más ricos del planeta. Es una de las regiones alimentarias del planeta y es considerada la sexta reserva de metales. Además, tiene una de las más grandes plataformas marítimas. Tiene 200 kilómetros, pero los nuevos tratados internacionales alargan la frontera marítima a 900 kilómetros de la costa.
Pino Solanas

"Una vez más, nuestro compromiso es colaborar con el crecimiento de la Argentina generando beneficios en las comunidades en las que actuamos. Un compromiso que crece, se solidifica y lo que es más importante, se profesionaliza," - Juan Ferreira, Presidente de Monsanto Latinoamérica Sur.

"Semillero de Futuro es el programa bandera que abraza y contiene a todas las acciones sociales de Monsanto, involucrando directamente y fomentado la participación de todos los eslabones de la compañía.
Este año vamos por mucho más!"
Monsanto.com.ar

"Hace 97 años los describió así el viajero francés Jules Huret: “Hay una elite de hombres, entre el Jockey Club y el Club del Progreso, entre Florida y la Plaza de Mayo, que irradia hacia todos los centros de la actividad nacional. Tiene los ojos puestos sobre las buenas oportunidades de compra y venta de tierras, los datos confidenciales de la Bolsa y los precios que le llegan. Conoce las grandes empresas que se van a crear, las concesiones forestales que restan por otorgar, los proyectos de construcciones de fábricas, de molinos, los ingenios, las concesiones de ferrocarriles, de puertos, los contratos proyectados para proveer maquinarias y herramientas, las grandes obras públicas a emprender. Esta elite sabe todo esto y cuenta con los medios más seguros –y a veces los más oscuros y torcidos– para adelantarse a los competidores, bajo el ojo vigilante del capitalismo inglés y del capitalismo belga”. Sustitúyanse algunas palabras y se tendrá un retrato actual."
Horacio Verbitsky, Página 12

El campo dice que sólo un gesto del Gobierno evitará el paro.
Piden que se reabran las exportaciones de carne y se revise el sistema de retenciones móviles. El próximo viernes termina la tregua. Hoy los recibiría Alberto Fernández. Pero desconfían de la línea dura del Gobierno.


"Por donde se mire, la economía se ha enfriado desde que el Gobierno, que rechazaba toda receta en ese camino, impuso las retenciones móviles y el campo entró en rebeldía crónica en defensa de sus intereses, lucha a la que a también se sumaron transportistas y que es bien vista por sectores medios en los principales centros urbanos."
Osvaldo Pepe, Clarín.

"Si está claro que éste no es un Gobierno revolucionario, ni mucho menos, que dejó correr el modelo de sojización, que continuó apostando a la concentración de la economía en pocas manos y que dispone casi sólo de la extracción agropecuaria como proyecto de producción y recaudación, más claro está todavía que, sin embargo, la pieza que movió con el aumento de las retenciones afectó intereses incapaces de construir nada, pero aptos para destruir mucho. Ahora ya está y hay que ir por más, alcanzando a las cadenas de comercialización y a la fiesta de la minería, entre otros aspectos, porque además eso implicaría mostrar la proyección de que no solamente es “el campo” el que sostiene la base de sustentación."
Eduardo Aliverti, Página12

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